Nueva época

Anteayer escuchamos por primera vez al cuco ahí abajo en la vega del Barjas. Las viejas por aquí dicen que aún queda por llegar “a neve do cuco”, la que jode los frutales y las patacas, pero nosotros nunca vimos helar ni nevar aquí después de escuchar al cuco. El cuco es en general más listo y más sabio que por aquí las viejas. Además, ayer vimos la primera golondrina y recogimos las primeras fantasmitas (“orchis italica”, una orquídea silvestre con flores francamente fantasmosas). Para nosotros, que ya vivíamos un poco confinados del calendario y la humanidad, ahora sí que ha empezado una nueva época. En la huerta las hierbas con las que hacemos las ensaladas de primavera (cilantro, perejil, menta, estragón, rúcula, espinaca) de momento conviven felices con las fresas en flor y los rabanitos. A las cebollas tiernas (aquí “puerros”) les está costando echar raíces y engordar, pero seguro que lo harán en cuanto salga el sol después de estas últimas lluvias. A los repollos y romanescus que nos vamos comiendo les dejamos el tronco en tierra para que los brotes que les van naciendo nos sirvan para completar las ensaladas. Entre medias lechuguitas hoja de roble que ocupen su espacio cuando las brasicae se cansen de dar retoños a lo tonto. Los guisantes entutorados con los restos de poda de los frutales van echando zarcillos como locos. Los hermosos puerros (aquí “ajopuerros”), como sambernardos supervivientes al invierno, todavía no espigan y los dejamos seguir creciendo un poco más arriesgándonos a perderlos en tránsito a las alturas cualquier día que apriete el sol más de la cuenta. En unos días empezaremos la primera cosecha importante del año: las habas (aquí “faba galega”), donde las hormigas ya han colocado como cabronas sus rebaños de pulgones. Hay bastantes mariquitas este año en las dos huertas donde tenemos habas, pero no podrán comerse tantos pulgones. Perderemos la tercera parte de las vainas, como los últimos años, pero habremos nitrogenado el suelo para el verano, ahorrado jabón potásico y olor a peste con el purín de ortiga. Las patacas van francamente bonitas. Falta un mundo para la anarquía.